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La aventura de Ceci en Alemania: viajar en tiempos del COVID.

Actualizado: 21 dic 2020

Hace más o menos un año y medio contacté a AuPair Adventure. Los conocí a través de una amiga que fue a Bélgica y que quedó encantada con sus servicios. En aquel momento yo no tenía todavía pasaporte de la Comunidad Europea y como iba a cumplir 30 años no tenía muchos destinos disponibles, así que acá va un consejo: no dejen pasar el tiempo porque pasa rápido y cuando queremos acordarnos ya es tarde.


Por suerte mi pasaporte europeo estaba en trámite. La agencia no creía que me dieran el pasaporte rápido porque yo no les había explicado mi situación, que era que mi mama era italiana y yo ya tenía todos los papeles listos, así que poco después le avisé a la agencia que ya tenía el pasaporte italiano listo mientras estaba aplicando para ir a Francia. Esto expandió enormemente mis oportunidades laborales. Igual yo preferí ir a través de la agencia porque quería ir a un país nuevo y prefería ir con el respaldo de una agencia y con contrato seguro por un año. Completado el programa, con experiencia laboral y dominio del idioma podía pensar en seguir como Au Pair o buscar otro trabajo.



El viaje frustrado a Irlanda:


Aunque mi nivel de inglés no era el mejor, yo había ido de paseo a Irlanda y pensé que ese país era la mejor opción para mí. Con mi pasaporte europeo, Irlanda era ahora una opción, pero casi todas las familias piden permiso de conducir y experiencia de manejo. Acá va otro consejo: no confundan permiso de conducir con experiencia porque tener un cartoncito que diga que podes conducir no es todo. La experiencia es muy importante porque hay diferencias en las formas y reglas de conducción de distintos lugares del mundo, y sin buena experiencia se hace mucho más difícil adaptarse. La agencia ya me había solicitado tener el registro de manejo cuando comenzamos con mis papeles en septiembre de 2019. Por diversos motivos me dejé estar y cuando el registro fue absolutamente necesario para ir a Irlanda todavía no le tenía. En ese momento la pandemia llegó con toda la fuerza y en Argentina cerraron muchos organismos públicos y privados. Había logrado aprobar el examen, pero no emitían la tarjeta. Ya tenía contrato de trabajo pero la condición de viajar con el permiso de conducir era exclusiva, y cuando no pudieron esperar más se cayó el contrato y la ilusión de ir a Irlanda.


Cambios de planes y la decisión de ir a Alemania:


La agencia me recomendó entonces ir a Alemania. Al principio yo estaba negada, pero mi asesora me dijo que lo pensara por unos días. Eso me ayudó a reflexionar sobre lo cansada que estaba de la situación en el país. Pensaba que en ese momento ya debía haber estado en Europa por más de 6 meses y aunque necesitaba un cambio de aire no me veía en Alemania. Finalmente hice como mi asesora me dijo, me senté a analizar y puse todas las cosas en la balanza. Hablé con mi familia, por supuesto, pero fue lo que me dijo un amigo lo que más me impactó. Me dijo que él temía que si yo iba a Alemania iba a querer quedarme y no irme a otro destino en Europa. Eso me hizo un click en la cabeza, y al día siguiente llamé a la agencia y le dije que me quería ir a Alemania.


Preparativos para el viaje:


Preparamos el perfil en tiempo récord y una semana después ya había conseguido una familia. Hice una primera entrevista con ellos y tuvimos química inmediatamente, así que al día siguiente estamos confirmando el match. Una semana después ya estaba viajando. Normalmente el proceso no es tan rápido pero mi asesora me dijo que teníamos que tener en cuenta que yo tenía dinero ahorrado para mi pasaje aéreo, que no necesitaba rendir el nivel del idioma porque con el pasaporte de la EU no hacía falta y que debido a la situación sanitaria del Covid-19 y que las visas estaban suspendidas, había mucha demanda de Au Pairs por parte de familias europeas.


Viajando en tiempos del COVID-19:


La familia tuvo que adaptarse un poquito a mi llegada porque como no había vuelos regulares tuve que viajar como pude. Además soy de Neuquén y como todo tipo de transporte de larga distancia entre provincias estaba suspendido tuve que buscar la manera de viajar. Hice el viaje con un taxi, que está lejos de ser lo recomendable, por los costos, pero era lo único que encontré. Desde ya que todo el viaje lo hice con varios cubrebocas y alcohol en gel. Cada vez que parábamos ventilaba y esparcía alcohol. No quería correr ningún riesgo. Como no pude viajar el mismo día que llegué a Buenos Aires, debido a la poca disponibilidad de vuelos, me quedé en casa de una amiga encerrada por tres días y otra vez un taxi me llevó al aeropuerto, tomando las mismas precauciones.


Coincidimos con la agencia que lo mejor era tratar de evitar la comida para no sacarme el cubreboca y además no ir al baño del avión, ya que es un lugar que tiene buenas probabilidades de contagio por su poca ventilación y el espacio reducido. Me llevé una barrita de cereal y me la comí cuando todas las personas ya habían dejado de cenar y se habían puesto nuevamente su cubreboca. Por supuesto que lo primero que hice cuando llegué al aeropuerto de Madrid fue ir al baño. Los baños ahí eran más grandes, más ventilados y limpiados constantemente, lo que los hace menos riesgosos (por supuesto que antes de utilizar o tocar algo desinfectaba con mi alcohol en aerosol, y siempre con tapabocas).


Tuve sólo dos horas para hacer cambio de avión, lo que puede ser poco en condiciones normales pero el tráfico era más bajo debido a los vuelos reducidos, así que llegué con tiempo y sin correr a la nueva puerta de embarque. En España no me hicieron más que un control de temperatura ya que solo estaba de paso, pero en el aeropuerto de Múnich me hicieron el hisopado para la prueba de PCR (todo gratuito) y solo tuve que quedarme aislada 2 días en la casa para confirmar que no tuviera el virus.


La llegada a Múnich:


Al llegar a Múnich la familia me estaba esperando. Tomaron las precauciones necesarias para mantener el distanciamiento pero después de dos días pude abrazar a los niños, que son divinos. Estoy muy a gusto con la familia y creo que ellos también lo están conmigo. Al final valió la espera y la recomendación de la agencia para irme a Alemania. Si no pueden viajar al destino que quieren, consideren la recomendación de su agencia de cambiar el destino. Para mi vale más la experiencia que el destino en sí mismo.


Respecto a amistades, sólo hace dos meses que estoy aquí y ya tengo un grupo de amigos. Mi asesora en Argentina se encargó de contactarme con las chicas de la agencia que ya viven en Múnich y al poco tiempo de llegar pudimos salir y conocernos. No puedo quejarme: estoy viviendo en Europa, tengo un lindo trabajo, estoy aprendiendo alemán y ya tengo nuevas amistades.


Si estás pensando en comenzar tu nueva aventura ¡no lo pienses más! ¡Comenzá cuanto antes! Si querés saber más de mi historia o de la agencia con la que viajé no dudes en contactarme.


@cecilmood

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