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Adaptarse a una nueva cultura: el shock cultural

Actualizado: 14 feb 2019



Migrar a otro país conlleva consigo un proceso de adaptación que siempre es diferente y

particular en cada persona que transita dicha situación. Muchas veces oímos hablar de “shock cultural” Pero… ¿Qué es realmente eso?


¿Qué sucede cuando nos mudamos a otro país?


Mudarse a otro país implica adaptarse a una nueva cultura que hasta cierto punto nos es

desconocida. Es cierto que hoy en día podemos tener acceso a diferentes tipos de información a través de internet y otros medios, sin embargo esto no nos va a eximir de tener que transitar por este proceso.


Cuando hablamos de cultura nos referimos a un conjunto de hábitos y costumbres que se

estructuran dentro de un orden social, y que están circunscriptos a una historia y a un espacio geográfico determinado.


Por lo tanto, adaptarse a una nueva cultura implica modificar algunos de esos hábitos y

costumbres con los cuales nos criamos y que son significativos para nosotros. Y al mismo tiempo, implica entrar en contacto con nuevos patrones de funcionamiento de la nueva cultura.


Esto no implica necesariamente que tengamos un “shock cultural”. Los seres humanos estamos preparados para adaptarnos a nuevas situaciones. Es cierto que para algunas personas puede ser más difícil que para otras, pero contamos con diferentes herramientas simbólicas para poder salir victoriosos en dicha situación sin experimentar un gran desajuste.


¿Cuándo podemos hablar de “shock cultural”?


Uno de los primeros autores en hablar de “shock cultural” fue el canadiense Kalervo Oberg en 1961.


Este término tiene que ver con los sentimientos de ansiedad y estrés que podemos experimentar al encontrarnos en un lugar nuevo.

La mayoría de los autores describen cuatro etapas del shock cultural:


1. Luna de miel: se experimenta un momento de fascinación y curiosidad por las cosas

nuevas que ofrece el nuevo lugar.


2. Periodo de crisis: lo que antes parecía atractivo ahora se percibe negativamente. Se puede experimentar sentimientos de ansiedad, frustración, problemas para conciliar el sueño, sentimientos de soledad, imposibilidad de comunicar lo que se siente, etc...


3. Periodo de negociación: comienzan a aceptarse las diferencias y se puede crear una nueva rutina en sintonía con el nuevo lugar.


4. Adaptación: finalmente llegamos a un punto donde la cultura de nacimiento y la nueva

cultura pueden convivir en simultáneo. La persona se siente cómoda y puede desarrollar

hábitos y rutinas en el marco de la nueva cultura.


* Es importante recordar que estas etapas están divididas de esta forma para que resulte más sencilla su explicación teórica. En la vida real no aparecen tan diferenciadas y su progresión no es cien por ciento lineal, pueden aparecer superpuestas y tener diferentes duraciones.

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